David Ramírez es autocrítico. El delantero centro de la Selección Nacional está claro en que no tuvo su mejor partido ante Canadá, de hecho acepta que salió muy molesto, con rabia, al punto que tuvo un mal gesto con uno de los utileros del plantel, el cual espera no se repita.
Randall Obando le extendió su mano y el futbolista respondió con un fuerte golpe con el puño cerrado. "Eso no se hace, estoy consciente que tengo que mejorar eso y aprender a reaccionar cuando las cosas no se dan", afirmó.
Pero la causa del enojo de Ramírez radicó en su desempeño dentro del campo; para él fue malo. El saprissista no tenía claro como había tenido tres opciones claras de gol y no había logrado convertir ninguna.
"Más bien que dicha que me pregunta, pero es que salí enojado conmigo. Sé que tengo que mejorar eso, porque no se ve nada bien que un jugador profesional haga un gesto así, pero estaba muy molesto ya que tuve tres opciones y no hice ni una", comentó.
El delantero señaló que este tipo de situaciones lo hacen madurar de cara a lo que resta de la copa y su carrera como futbolista.
En la parte deportiva, el jugador añadió que el aprendizaje es en la toma de la decisión final, porque considera que le está faltando más calma para hacer lo correcto.
"Siempre quiero anotar. Sé que debo mejorar en el último momento hasta de ver que hago con la pelota para así pensar primero en el equipo siempre e intentar definir", añadió.
El goleador describió el partido ante Canadá como muy duro, sobre todo porque el cuadro norteamericano tuvo mucho juego físico.
"Creo que fue un partido más estratégico, el primer tiempo fue más vistoso, ahora fue más de pundonor y de garra", concluyó.
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